En cierto sentido el partido entre el Athletic y Real Madrid viene a confirmar unas sospechas que sobrevuelan la liga hace ya algún tiempo. Fundamentalmente que estamos ante un pico de nivel en los equipos medios (Villarreal, Valencia, Atlético, Sevilla, Athletic, Málaga) que viene acortando las distancias respecto a los dos despóticos y dictatoriales dominantes. Cualquiera de ellos, aprovechándose de cierta apatía y cierto desgaste de Barcelona y Madrid, -al menos en liga este año- puede ofrecer ciertas bases sólidas para sublevarse y hacer más competitiva y por ende más atractiva esta liga.
El partido de San Mamés venía a ser una prueba definitiva para discernir definitivamente si el Real está aletargado esperando el buen tiempo para salir de su madriguera, o por el contrario -y como se confirmó- definitivamente carece de afán competitivo. Almenos en el día a día, la Champions parece ser otra cosa. Pero se puede equivocar si piensa en solventar la temporada pasando un examen final tan exigente dos años seguidos. En cierto sentido, el partido fue una enseñanza. De que no son mejores con el paso de los años los equipos por el mero hecho de ostentar. El deporte es un arte pero que no mejora con el paso. El éxito marchita. Como en muchos ambitos lo que más cuesta no es llegar, es mantenerse. Lo argumenta Luis Enrique... " la exigencia de ganar siempre estimula, pero al final pesa. "
El Madrid tiene un problema de entusiasmo. Sólo compareció Cristiano con sus movimientos perfectos de lectura y juego móvil y al primer toque. Lo que requería el partido con dos equipos que no sabían muy bien como atacar. Inteligente y aplicado Ronaldo, que no es poco viendo su equipo. Más que nunca, el equipo echó en falta hombres creativos para habilitarle (Modric, James), maestros pasadores para desarbolar el repliegue bajo -para la ocasion- .
El entrenador del Madrid se mostró reflexivo. “El juego de ataque”, señaló, “es una cuestión de tiempo. De tiempo de desmarque y de tiempo de pase. El pase no llega porque tocamos demasiado el balón y el delantero no tiene tiempo para desmarcarse. Lo que no está funcionando es esa combinación entre pase y desmarque. No es un problema individual. Si tenemos que valorar el partido de los tres atacantes no fue bueno, pero no fallaron individualmente. Todo el equipo tiene que tener esta responsabilidad. Cuando atacamos no solo los delanteros tienen que trabajar”.
Un conjunto con déficit de creatividad. Así comenzó su encuentro en San Mamés y cuando quiso ganar era tarde porque ya había sido derrocado por un equipo clase media otra vez. Y ya van 5 este año. Aflojar como otros años un poco el acelerador no parece la mejor idea. El Athletic no cometió ese fallo nunca porque si de algo presume es de entusiasmo y hambre. La generosidad y el deseo son los motores de éste deporte. Y mucho más de ello van a tener que poner Barcelona y Madrid en la liga si quieren pasearse sobre los 100 puntos, porque la clase media amenaza seriamente al duopolio. Esta vez definitivamente. El Cholo abrió la veda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario