lunes, 9 de febrero de 2015

PORQUE LA VERDADERA GRANDEZA Y DIFERENCIA DEL FÚTBOL ESTÁ EN LA SORPRESA.







La verdadera grandeza, esencia y diferencia en el fútbol está en la sorpresa. 


En el que por mucho que estudies todos sus múltiples factores, incluso los controles, siempre hay espacio para lo imprevisto. Incluso para lo impensado. La base del éxito reside en potenciar tus atributos y aplacar los del rival. Aunque ni eso te asegura el éxito. Todo eso hace que sea posible que un equipo a priori inferior le pinte la cara al más pintado. Y que la emoción tercie. Todo eso se vio en el Calderón, y todo eso es lo que maneja a la perfección el verdadero artífice de todo: el Cholo. Simeone tiene en los límites su  brebaje; conocer los propios limites y limitar al rival al máximo. Que no haya ningún detalle de los múltiples al azar. Si sumamos que el Madrid, y teniendo en cuenta los últimos enfrentamientos no dibujó ni un trazo de cambio en su planteamiento, tenemos un parte de daños. El Madrid de Ancelotti es un equipo hecho para dominar, incluso aplastar, a medio gas a sus rivales.  En la superioridad está su idiosincrasia. En jugar en campo rival con las lineas escalonadas para potenciar lineas de pase, enriquecer las opciones de sus asistentes. Fuera de ese contexto se muestran sus recónditas penurias. No están preparados para eso. Por ejemplo, y una de las circunstancias más reveladoras, es que frente al muro atlético se estrella una y otra vez hasta el desespero. El Atletico le va llevando a su terreno hasta que el partido se mueve en términos de su interés; juego de equilibrio y supresión, la antítesis de el Real.  El Cholo cuando idealizó la propuesta del equipo desde un principio, siempre tenía en mente al equipo a batir, es su criptonita.




El gran Madrid de los pasadores se quedó sin ellos.

Hace poco más de un mes el Real Madrid debatía si ostentaba la mejor plantilla de su historia mientras acomodaba la escarapela de campeón del mundo. Hoy, a la ya orfandad del equipo sin Modric, se le suma James. Añadiendo el bajon físico, se desmorona sin sus artifices, y el equipo de Carlo se distingue por ser un equipo sostenido en sus pasadores, en acumular hasta 5 dieces (media puntas). Khedira, que entró en el 11, está fuera de la armonía de este Madrid. E Isco ,en su mejor momento, se diluye cuando se pierde la corriente del sistema dominador que le beneficia. Jugar con Khedira e Isco de interiores -no son pasadores- en el lugar de Modric y James -dos pasadores superlativos- en este sistema fue decisivo. El Madrid, además, jugó con nerviosismo, el peor compañero de viaje.




La propuesta atlética.

Lo más inteligente estuvo en la presión. O quizás mejor dicho la no-presión. Que consistió en dejar libres con el balón en la salida a Varane y Nacho, que si bien son dos jugadores inmensos para defender, no están acostumbrados ni rodados para llevar ese peso -ni para defender los balones cuzados por arriba que el cholo explotó-. La secuencia era siempre la de éstos intentado generar, pero siempre encontrándose con camisetas rojiblancas apretando a todos los demás. Al final todos esos por inercia, y al comprender que en esas no van a recibir, acaban abriéndose y propiciando el envío largo sin destinatario. Y en envíos largos, sobretodo por arriba no hay un equipo más superior en esos lances que el Atlético de Madrid si tenemos en cuenta que el Madrid se había abierto para la salida. El Atlético ganó todos los balones al centro del campo merengue. El Madrid defendía con dos menos prácticamente (Bale y Cristiano), y con el robo y la salida por la vía rápida con Griemann (inmenso) se decidió el choque. Siempre encontraba socio (Arda, Juanfran, Mandju), y Thiago Mendes fue el mejor, supo administrar los tempos con balón y sin él. Luego los ataques muy bien trabajados y sorprendentes en sus movimientos. Mandjukic organizaba los ataques arrastrando a los centrales a banda, y Saúl Ñiguez atacaba los espacios al area , golazo de chilena como ejemplo. Cada salida atlética estaba estudiada al detalle con asociaciones que eran poesía. Su as de la manga.



El as de la manga.


Y aquí viene lo gordo, el as de la manga inesperado en lo que seguramente incidió Simeone en la charla motivadora. Esa corriente de últimamente que asegura que el Atlético es un equipo violento, algo que viene a decir que es un equipo que practica el antifutbol, debió ser el motor que alimentó y a la vez sirvió para mantener la sobre-motivación que nutre su juego. Porque con los antecedentes y el estado del césped Ancelotti no se imaginó ese escenario. El Atlético fue el que jugó bien al fútbol. La asociación, los recursos y la convicción con la que atacaron en campo del Madrid dejó a los visitantes desconcertados. La sorpresa, porque el Madrid esperó al Atlético marrullero, que esquiva al tiempo y anula  el juego. Esta vez el que esquivó al tiempo y anuló el juego fué el Real Madrid, solo que el juego que anuló fué el suyo propio. Para el segundo gol ningún jugador blanco creyó en la posibilidad de la remontada, y eso en el Madrid no se ha visto en años. Seguramente los jugadores pensaron que si cuando estaban pletoricos no consiguieron ganarles, ahora, y con un 2-0 era practicamente imposible. A partir de ahí bajó los brazos, la confianza atlética por las nubes y el ambiente del calderón un borboteo de felicidad. Hace un año ni el colchonero más aventurado se hubiera imaginado los derroteros en los últimos derbis. Porque la verdadera grandeza, esencia y diferencia en el fútbol está en la sorpresa.







No hay comentarios:

Publicar un comentario