jueves, 8 de enero de 2015

LA ESCARAMUZA.







Aunque sus técnicos de inicio, con las alineaciones, balbucearon sus preferencias, la copa es la tercera se les escuchó insinuar, como recordándole a su majestad las primacías de hoy, conforme se fue templando la brisa álgida del Manzanares, todos fueron, poco a poco, pasando de la escaramuza inicial, a dar finalmente, pese al escaso bagaje de sus delanteras, un atractivo espectáculo de entrega y orgullo que las frías plateas del Vicente Calderón fueron agradeciendo. 


El Cholo debió decirles a sus chicos que no era era el día de las filigranas. Ya juntó a dos violinistas una vez (Arda y Diego Ribas) y le salió mal. Y bien la táctica de los 5 mediocentros. Mucho musculo -aunque fuera con 6 suplentes-  y ya cuando el partido se ponga en su momento propicio incorporará la calidad. Tanta insistencia en la mentalización de esa premisa debió provocar un efecto vicioso en sus jugadores, pues corrieron bajos y fríos como los meandros divagantes del río, hasta el punto de regalarle a Kroos todo el mando. Y cuando Kroos manda, el Madrid funciona.


Simeone, que es muy listo, lo advirtió y requirió a sus filas a despliegue. Que el comandante alemán no operase tan cómodo. Desde entonces (minuto 20 aprox.) presión alta y ayudas en cada salida del rival. Subió un escalón cada línea, incrementó su agresividad y aumentó el número de faltas para interrumpir el juego. Ese escenario destapó a un Kroos superado. Al cansancio que arrastra se le sumó el escamoteo de Simeone.


Con Kroos acosado, no pudo hacer frente a la salida desde atrás como le hubiese gustado. No tenía en su pase de seguridad  -a su derecha-  por primera vez a nadie con buen pie. Khedira ralentizaba el juego, algo habitual y esperado por otra parte. Justo en la posición que como cometido tiene que dar velocidad cuando el juego lo requiere. No tener a Modric o Isco acogiendo su diestra para zafar la presión disminuyó el control. Modric, en esa segunda tarea en la fluidez, es sencillamente magistral, y Sammy, digamos que lo es más en las tareas de responsabilidad; guardar el sitio, ocupar espacios tanto en defensa como en ataque, hacer coberturas atrás, e.t.c... Ancelotti, que lo preveía, mandó que se recurriera a Ramos para salir, que por cierto, con muy buen criterio y precisión en toda la noche a pesar de la tropelía del penalti que condenó a su equipo.


Cuando el Madrid atacaba el flanco derecho, el Atlético hacía presión alta y agresiva. Cuando lo hacía por el sector izquierdo, era moderada y retrasada. El 4-4-2 rígido al que volvió, -y por el que opta cuando el rival es duro- beneficia la asociación que tanto daño ha hecho a Simeone: Marcelo e Isco en banda izquierda. Esa es la empuñadura preferida de Ancelotti. Con sus características de toque ajustado,  son más peligrosos en los últimos metros, (en una baldosa te la lían) así que suelen hacerlo al borde del área. Así que para controlarlos Simeone optó por un repliegue bajo y controlador. Para el sector izquierdo fue otra historia...ahí Bale suele dar profundidad con sus desmarques, por consiguiente, y ya que la carrera está perdida de antemano, mandó a Lucas Hernández (el canterano lateral izquierdo de tan solo 18 años) y Saúl a la presión alta y agresiva que abortara cualquier envío hacia el galés. En toda esa disyuntiva estuvo la mejoría atlética a partir del primer cuarto del partido. Y reconociéndose los dos equipos, se reconocieron el uno al otro y sus recientes rencillas. La más feroz competición es el aliño del fútbol. 



La sincronización Atlética a la hora de elegir la altura de la presión fue magistral, la lectura de los tiempos y espacios que requiere el partido la borda de manera que lo está erigiendo como un arte propio y  perfeccionista.  Traer a Torres es una muestra. Mandzukic, como antes Diego Costa, la inician (la altura e intensidad de las presiones) a espensas de Simeone, pero Torres luce una inteligencia y calidad táctica autosuficiente a niveles de maestro. Aparte de la profundidad que le da con sus desmarques cuando el equipo precisa de despliegue. En su primer día de trabajo estuvo en todo y en nada a la vez. Al final del día, el nuevo jefe te dice... "has estado atento y voluntarioso, pero todavia te queda mucho por aprender. Ya lo irás asimilando poco a poco, de golpe es imposible."


Ancelotti, para cambiar esa tendencia de acoso, mandó cambiar de posiciones a Isco con James en los últimos compases de la primera parte. Eso probocó medrar de un plumazo la magistral ordenanza del Cholo": la desigual presión para cada banda. Eso sí, la delantera madridista estuvo tan espesa como pletóricos Godín y Gimenez, pero eso ya no es noticia. Cada contingencia derivada del cambio del italiano, ya se encargó la pareja de centrales de extinguirla con solvencia en las ayudas en banda.




La segunda comenzó como la primera. Con el real Madrid intentando creer en la Copa, intentando generar fluidez y hasta pareciendo conseguirlo. Hasta que en ese saque de banda practicamente inerte, Ramos hizo de judoca con Raul García. Que más que provocarlo Sergio, yo diría, hablando del Cholo, que fue él mismo quien tendió una trampa en la que Ramos picó. Donde Raúl fue el queso, Ramos el ratón y Simeone el trampero. El Atlético, y ya van varios partidos, parece no hace demasiado para adelantarse pero lo hace, y sin  achacarlo a la fortuna, le doy una explicación más etérea; este Atlético lo tiene todo estudiado y trabajado tan al más mínimo detalle, que el azar es un trampantojo que nos cuela el Cholo.

A partir de eso, pese a la intentona de Carlo metiendo a Cristiano, Carbajal y Jesé, jugadores de un brío superlativo, no pasó nada. Otro truco de magia. Con koke y Arda Turan el partido fue una cuenta atrás dominada por los residentes con una compostura y una solvencia abrumadora. El segundo gol de Gimenez a balón parado, acabó de minar las pocas fuerzas que los blancos tenían depositadas en esta Copa. La reserva la tienen para la liga. Quedó claro que si a falta de incentivos, hay un equipo que luche, ese es el Atlético de Madrid.




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