"Si el Bayern es Jazz, el Real Madrid es Rock and Roll". Lo dice Xabi, uno que ha vivido muchas noches a ritmo canalla y desenfrenado. Las de las grandes noches europeas, que ya durante el calentamiento se encargan de amenizar tres altavoces Bose encaramados de la cubierta, apuntando a la lona estrellada de la champions que engalana el circulo central. Descarchando las almas impacientes que ya esperan ansiosas el comienzo a ritmo de los Rolling, AC\DC y Queen entre otros clásicos. Y mientras los jugadores a modo de probatura hacen sprints y todo ese ritual de ejercicios de precalentamiento, uno va haciendo lo propio.
Desde el pitido inicial el Madrid se mostró como una banda clásica que con aplomo de veterano toca el repertorio a pie calzado, en una noche que sin ser memorable no desafinó. Y eso que el solista no tuvo su noche. El Liverpool no quiso tanto y fue un mero espectador más que no perdió su sitio de primera fila. El líder Kroos rompía el hielo llevando la voz cantante, danzando hacia las bandas vacías, generando la primera fluidez. Modric el acompañante en las guitarras, entraba para acelerar y crear las jugadas de gol con esa destreza única que posee para eliminar líneas rivales con su conducción. Marcelo fue el trompetista que añadía y suplementava el sonido agudo cuando se requería. Percusionista Isco...
y Varane...
Varane fue el mejor.
Raphael era el bajo que acompañaba todo en todo momento. Siempre aparecía detrás de cualquier silencio para envolver con sus fragosas cuerdas. Su solvencia y su temple para limpiar balones difíciles o imposibles para cualquiera, hacen al defensa más precoz en alcanzar el podium . Por naturaleza, la defensa es de las posiciones más tardías de afianzamiento, por la responsabilidad que conlleva y la complejidad de las situaciones que genera. Pero el francés desde el principio, desde los 19 años se ha mostrado tan solvente en todo momento, que da que pensar que estamos ante el mejor defensa desde Beckembauer.
Todo eso sin pisar mucho el acelerador. Con ese elenco se lo puede permitir. Y es que como decía Freddy Mercury en los preámbulos de la noche cuando sonaba por las trompetas ensordecedoras del estadio.... "Show must go on".
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