domingo, 9 de noviembre de 2014

LOS ALIADOS DE LEO








Teniendo en cuenta que fue un partido de los denominados "trampa", de esos que incluso el Barça pletórico de Pep hubiese sufrido, -por eso de haber tenido partido Champions y su rival toda una semana de preparación concienzuda- el equipo consiguió salir airoso. En un partido que la mayor parte del encuentro fue mejor el Almería. El equipo de Francisco no sufrió apenas en defensa mientras se les mantuvo el tono, salvo algún arreón de Leo. Y atacó con cierta continiudad. El dibujo era algo así como un 4-3-3 al uso de su rival. Con Verza de pivote y  Thomas y Azeez de interiores. Digo algo así porque conforme se desarrolló el partido, y dadas las condiciones toscas de los centrocampistas almerienses, acabó siendo un batiburrillo resultón de jugadores acumulados entre Messi y su portero, más pendientes de las fechorías del argentino, y de alimentar de balones largos a las dos balas rojiblancas, Thievy/Zongo  -así llegó el gol local-, que de nada más.

 Práctico...

Y la velocidad de Thievy imponente.


 Con todo eso y sin asumir riesgos en la salida desde atrás, el Almería en defensa fue solvente en todo momento.


El Barça volvió a ser un equipo defensivamente vulnerable. Y una extensión del carácter empecinado y suspicaz de su entrenador, incapaz de amoldarse a las circunstancias, que sufre estos días la belicosa crítica que emerge tras el elogio desmesurado. Un reflejo de lo que es el Barça de hoy fue ver a Busquets entre Mascherano y Bartra en la salida desde atrás, cuando el Almería estaba presionándola con uno solamente, incluso a veces ni eso. La razón de la misma únicamente es salvar la múltiple presión rival. Algo que denota que el equipo sigue actuando de modo automático en detalles tácticos que ya no tienen razón de ser. Y que su técnico, anda enmarañado en otras lides. Mascherano, por su velocidad y su capacidad defensiva única, hace de constante sostén, pero como central tampoco dispone del nivel táctico suficiente para dar coherencia a una retaguardia. El que la tiene (Piqué) ni está, ni sabemos si se le espera. Y Javier, al tener que  acudir a rescates continuos, provoca desbarajustes que son un mal endémico. En Primera hay que irse al Rayo o al Córdoba para encontrarse un sistema defensivo peor que el F.C. Barcelona. Thievy y Zongo no se verán en otra igual.


 Messi esta vez no solo ocupó posición de interior derecho, sino que incluso durante bastantes minutos llegó a recibir en zona de lateral, (el caso era entrar en juego) por detrás incluso de Busquets. El choque de Leo fue feo y poco brillante, pero a su vez soberbio y autoritario. Hizo el trabajo que le compete al equipo entero en ataque... llevó el balón hasta arriba, encimó y desequilibró por todos. Ver a astro argentino con el mono de trabajo, y encima lleno de grasa, le dignifica por encima de desdenes. A los motivos de su decrecencia podríamos añadir la carga que soporta en soledad. Quizá fue condicionada por la costumbre encepada de Luis Enrique de rotar cada partido hasta en 5 posiciones, provocando una estampa curiosa; ver a Luis Suarez y Neymar junior esperando su momento en el burladero y con cara de intrépidos. Eso si, cuando entraron, allá por la mitad de la segunda mitad, fueron los aliados de Leo. Los que permitieron al Barça la remontada.




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