miércoles, 24 de septiembre de 2014

EL CIENTÍFICO LOCO








En 1941, el ingeniero suizo George de Mestral tuvo una idea que cambió el devenir de la industria textil. La idea le vino de manera fortuita, cuando paseaba a su perro por los Alpes suizos. Harto de ver cómo se pegaban las espiguillas de la setaría en su pelaje, y harto también de desprendérselas de sus mangas, las examinó con el microscopio y decidió diseñar un cierre singular copiando los ganchos microscópicos de las mismas. De ahí surgió el Velcro, el cierre más tardío , innovador y práctico. A semejanza de su creador. Aunque de Mestral al principio no tuvo demasiado apoyo. Hasta se rieron de él. Pero un científico loco de alma obstinada no cesa en su empeño. Pero en este caso no sólo su empecinado temple fue el artífice, se unió el súbito y desconcertante designio. Basta esperar algo para que no pase. Y basta que no lo esperes para surgir fortuito. La pareja de Bale y Cristiano, como delanteros juntos, en un 4-4-2, llegó, también, ajeno al propósito. Una mera circunstancia colateral originada por el verdadero ensayo. 



Fue en Riazor. Hace menos de una semana. El marcador era justo, la sombra del desequilibrio sobrevolaba la cabeza de Ancelotti cuando decidió un cambio para paliarlo. Quitaría a Bencema y daría entrada a Illarramendi. Centrocampista defensivo por delantero para apuntalar el centro del campo y aportar solidez defensiva. No hay que olvidar que Asier es el único mediocentro defensivo existente en la plantilla. Los que hasta ahora había puesto en esa demarcación son mediapuntas convertidos. Tres-cuartistas.  El resultado de la probatura es contundente; en un partido y medio, 13 goles, 5 del portugués y 3 del galés. Los resultados apremian en el fútbol moderno. Y estos son abrumadores. Sabiamos que éstos dos se llevaban bien, que se entendían y se admiraban. Podríamos atisbar cierto feeling entre ellos. Pero jamás nadie imaginó el resultado de juntárlos en la punta de ataque por dentro, bien juntitos, para buscar su asociación constantemente. Bale es una maravilla de la precisión y Cristiano un portento de la naturaleza en todos sus atributos. Dos almas aparentemente individualistas que resultan asociativas y potenciales juntándose. Se retroalimentan. Y para las defensas es mucho más difícil neutralizarlos. No saben por donde van a salir. Es algo parecido a lo que hizo el Guardiola con Messi; sacarlo de la banda e introducirlo en zonas interiores retrasándose para tener campo y margen de acción, lo que en este caso por partida doble.



Carlo se ha vuelto a sacar otro conejo de la chistera cuando todo el peso de la presión se le vencía apremiando. Esta vez indirectamente. Su intención era quitar un delantero y sumar un centrocampista. Pero ha sabido aprovechar las circunstancias venideras como George de Mestral con sus dichosas espigas. Los inventores tienen que tener una mente abierta y preparada para comprender y detectar la importancia de esos acontecimientos imprevistos y utilizarlos de manera constructiva. Aunque, en la mayoría de los casos, por su naturaleza innovadora, no contarán con el respaldo de la mayoría. Pero como decía el científico francés Louis Pasteur: "En el campo de la observación, la suerte favorece sólo a la mente preparada". 





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