lunes, 25 de agosto de 2014

ADIÓS AL FIDEO







La venta de Ángel Di María por 90 millones ( bonus incluidos) ha creado un debate intenso. Carlo lo ha bancado incondicionalmente desde hace tiempo atrás. Baluarte de su carácter combativo siempre dentro del campo e incombustible en el sobresfuerzo en tareas defensivas que tanto requiere un equipo que transita en el zafarrancho de combate. En la rueda de prensa del Calderón todo pareció cambiar cuando el gesto y el tono de Ancelotti cambiaba visiblemente. Ya no era necesario. El técnico ya no aludía a su indiscutible condición futbolística sino a su extinto, ya sabido, sentimiento de pertenencia, el que al final decide los caminos. Estaba fuera; adiós al Fideo. El equipo pierde desborde. Pierde al agitador que en contextos de partidos rotos no desfallece y hace beneficiario siempre a su equipo. Ese tramo en el que se ha movido muy bien el Real con Di María tocando la corneta. Un jugador que asegura también trabajo en defensa y desequilibrio a un ritmo que nadie en el mundo te asegura a su nivel y su constancia. Pero Carlo, aunque no quería perder una pieza vital y que en el final de temporada pasada fue importantísima, no tiene un problema que no tenga solución ni tiempo para solventarlo. De hecho, lo tiene solucionado a falta de la confirmación que siempre precisa un deporte tan imprevisible e inestable como es el fútbol.



La gente pierde de vista un detalle: el que viene a sustituir a Di María es Kroos, no James como se está diciendo, pues Di María perdió a principio de temporada su puesto con la llegada de Bale y su posición pasó, además de a un segundo plano para reveldía del argentino (detonante de su malestar), al interior izquierdo, donde dicho sea de paso lo bordó y le dio el famoso equilibrio a Ancelotti en el tramo final tan importante, pero que para esa posición viene Kroos -aunque Carlo al medio largo plazo lo quiere para sustituir a Xabi-, el hombre que entra con su sentido táctico a asentar el juego y el equilibrio del equipo.  El que asegura, con su milimétrica precisión y sentido en el pase, el control de los partidos. Casualmente lo contrario a lo que aporta Di María, que supone una herramienta insuperable en el desborde y la agitación de los partidos, pero qué, contra defensas cerradas como se va a encontrar cada vez más el Real Madrid, pierde peso su principal valía, la máxima de Kroos. Sin olvidarnos que también está Jesé, lesionado desde febrero, pero que este sí puede suplir ese rol; velocidad, desborde y revolución. Sin contar que la esencia y el hábitat natural de Ángel es la banda, y ahí, sí, el Madrid es el equipo  mejor cubierto del mundo. Y no está tan claro que Di María fuese a ser titular este año con la llegada del Alemán.



También está la parte del compromiso; el argentino lleva 4 temporadas en Madrid y ha destacado en muchas cosas pero nunca en el compromiso del equipo ni en los gestos hacia la entidad. Al revés, su comportamiento dista de ser de un jugador de comportamiento intachable que acepta las decisiones en beneficio del grupo. Por todo ello y el plano económico que se me escapa, la venta de Ángel tiene sus pros y sus contras pero Ancelotti no debe tener problemas para suplirle, como no tendrá problemas James, aunque con un año de retraso, suplir la figura del media punta puro que era Özil. El Madrid el año pasado fue el mejor equipo, al menos en las competiciones en las que sus jugadores no perdían concentración. Y ha sumado a 3 de los mejores en su puesto.






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