domingo, 20 de abril de 2014

ASALTO AL PODER; ATLÉTICO DE MADRID Y LIVERPOOL






Liverpool y Atlético de Madrid, encarnados por una afición proletaria, que crece y vive en la ley del esfuerzo y el trabajo, representan a la clase obrera en el fútbol, al espíritu de sacrificio, a la subversión ante el poder. Los creyentes de que con el esfuerzo se consiguen las cosas, de que con el orgullo de sus orígenes humildes, desde su inquebrantable y arraigada fe, todo es posible. No es casualidad que sus aficiones tengan la fama de ser las más fervientes y fieles de toda Europa. Sus campos son en cada cita hervideros que sirven energía extra como ninguna otra afición, son el pulmón que alienta desde la grada, que da un plus que nadie más puede dar, como una energía tránsfuga que va desde los corazones en la grada a los pulmones en el campo. En eso las dos aficiones son vasos comunicantes, son la ilusión y el sentimiento, que además,  se admiran y se respetan, como alguien que reconoce su sentimiento identitario en el ajeno.

Hace años que ya no reinan en sus ligas, ni en Europa, pero este año han vuelto a resurgir. Hoy, a falta 5 jornadas en la Liga y 4 el la Premier, y contra todo pronostico, están posicionados con ventaja de cara al título, que, si bien parece que se decidirá al final, parecen decididos y inducidos por sus seguidores a un destino ineludible: el título que se les resiste hace años. Todo gracias a ese torrente de flujo imparable que surge del sentir del que presumen. Los partidos que quedan los tomaran con la fuerza ímproba y la corriente ganadora del que se sabe arropado por una masa diferente. Una corriente que conforme avanza la feroz competición , va aumentando ( y no al revés) con la ilusión de ver cada vez más cerca la dicha. Una masa que nadie duda que se dejará el alma en cada minuto de cada partido, que llevará en volandas a sus respectivos equipos en cada una de las finales que les quedan para la gloria.



El mérito de estos dos equipos genuinos es enorme; parten con la desventaja evidente de presupuesto respecto a sus competidores: los "todopoderosos", con sus estrellas. Pero nada te garantiza, que, con dinero, y los mejores jugadores, vayas a ganar títulos. El poder no te garantiza llegar antes a un balón, ni saltar más. No te garantiza trabajar mejor los partidos, ni forjar bloques más conjuntados, ni crear espíritus imperecederos en el esfuerzo. Porque el sacrificio y el trabajo no se compran, se tiene o no se tiene, se hereda o no se hereda. Porque la ilusión y el arraigo de toda una afición histórica no se pega. Hoy hay dos firmes candidatos, que, en eso, en pasión y sentimiento, nadie puede con ellos.





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