martes, 25 de febrero de 2014

VÉRTIGO






El Atletico de Madrid es un equipo muy conjuntado, con un plan límpido y certero. Pero un sistema que exige mucho más que sus dos rivales este año. Un sistema que requiere de mucha concentración y mucho esfuerzo con tanta competición. Que siempre requiere un plus. Si su fondo de armario fuese más amplio sería otra cosa, pero con solo 12 o 13 jugadores "semi-top" y otros tantos que no tienen el nivel que exigen las aspiraciones, no posee en conjunto una plantilla que garantice luchar por lo más grande al final. Al menos en todas las competiciones como si hacen sus dos rivales por autonomasia. El último mes es una prueba de lo que pocos estaban avisando. El equipo que estaba de moda y en boca de todo futbolero hace tan solo 3 semanas, hoy, con las cornadas de Almería, Madrid y Pamplona, parece diluido cual azucarillo y lleno de dudas. Cosas del fútbol. Un día comes caviar beluga del mar caspio, y otro vas a buscar peladuras al vertedero. El motivo; varios: primero está claro que desde que se instaló momentáneamente en la cima le entró el vértigo. Y dos; el limitado ropero del que hablaba lo está acusando en este tramo.

En Pamplona, el equipo que menos goles ha marcado de la primera división, le endoso 3 al equipo que menos encaja. Gracia trabajó el partido muy al detalle, con lupa y alma de relojero. Se sirvió de la desconexión en la fase ofensiva del equipo colchonero con la reserva de Koke y Arda por posible sanción. Y que con marcador en contra, se ahogó sin soluciones lejos de un plan global con balón que gravite alrededor de Diego Ribas. El debut ante la Real Sociedad fue una respuesta de pregunta cerrada, y es que no parece fácil que Simeone conceda entrada tan fácil a Diego, no como el brasileño requiere. A pesar de que el brasileño leyó mal el tipo de solución que el marcador requería, todo el puzzle estaba erróneamente construido, con Gabi a la misma altura que Diego, con Villa en paralelo a Costa, con Adrián alejado del balón y con Mario como mediocentro fijo, apenas rotaban la posición para que Ribas ejerciera de playmaker. Pérdidas de balón numerosas, centros bien defendidos por Osasuna y control total de los navarros en dicha fase del juego, era la tónica en contraposición. 


A pesar de no haberse producido demasiadas cosas en contra de Courtois, Osasuna tenía el partido programado. Fue el perfecto antídoto para un Atlético desorientado por un gol tempranero y por una fase del juego que amaneció cuando "el Cholo" menos se lo esperaba. El argentino no trabaja situaciones de juego que entiende como secundarias pero que chocan con el hipotético mensaje que mandaba la llegada de Diego. Total, que, en el minuto 5, Cejudo abría el marcador a balón parado, revirtiendo cualquier intencionalidad visitante de prolongar las primeras acciones del partido. Y en el 20, con dañina puntualidad, aumentó la cuenta con un gol plástico y contundente (como la victoria local) de Armenteros, para penalizar a una zaga deslocalizada y sin el concierto e intensidad habituales, ante un equipo que doblegó en concentración y perspectiva a un Atlético que queda tocado. A partir de ahí todo intento colchonero era tardío y deja claro que hay salidas en esta liga que tienen un componente especial, que requieren una preparación especifica, sobretodo en el plano de intensidad y competitividad, como son Pamplona, Bilbao o San Sebastián, entre otros estadios del norte. Ahí se respira fútbol puro e intenso.







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