martes, 5 de noviembre de 2013

DESTINO CAPRICHOSO







Hoy un destino caprichoso junta otra vez a Xabi Alonso y Andrea Pirlo para que la pradera turinesa nos vuelva a deleitar con dos de los centrocampistas más influyentes de la reciente historia. Y no contento solo con eso (el destino), junta a su creador (Ancelotti) en una noche que huele a últimos coletazos en la élite de dos jugadores de clase exquisita, que han dominado en los últimos tiempos en el mediocentro desde la calidad y el orden. Carlo fue, de algún modo, su propulsor con un movimiento de posición que a la postre cambiaría la escena del fútbol moderno. Como ya hizo su referente y mentor, (Sacchi) pero este con un simple movimiento; retrasó a Pirlo de la media punta al mediocentro defensivo. El resultado: la reinvención de una posición y su consiguiente influencia en el fútbol moderno. La premisa: retrasar la calidad al máximo para imprimirla desde el mismo comienzo de la jugada. En corto y en largo. La idea tan genial como sencilla, a imagen de su propulsor, tenía dos razones de ser esencialmente; la mencionada ya de una salida limpia por la presión que se empezó a ejercer arriba por aquel entonces, -impulsada por Arrigo casualmente-, y para dar cabida a todos los jugones en el 11, pues entonces aquel Parma tenía demasiados mediapuntas de calidad, entre otros Baggio. El resultado fue tan satisfactorio que no solo cuajó, también lo transcribieron en la historia más tarde Benitez y Guardiola entre otros. Equipos a la postre campeones de Europa con esa base, como lo fue antes el Milan de Carlo con Pirlo ya asentado en esa posición.


Alonso, vuelve hoy a jugar después de una lesión a las ordenes del padre de la idea que le impulsó. Para Carlo la vuelta del Vasco es imprescindible para enderezar un timón que no acaba de orientarse sin el Tolosarra. Este Madrid aún no se a encontrado a sí mismo sin su pieza esencial, esa con la que Carlo contaba. El Italiano es admirador de su juego y se antoja esencial para él. El equipo tiende a irse demasiado arriba con alegría y luego no repliega como debería.  Sin continuidad se parte por fases en el encuentro, no se sabe si por falta de intensidad, o por falta de automatismos, seguramente un poco de las dos. Lo cierto es que es arriesgado en un equipo que lleva años sumido en el fútbol de repliegue. Necesita tiempo para dar con la tecla del equilibrio. También que Ancelotti no les de tanta libertad en la autogestión y les apriete  la tuerca que cierra, concienciar a los jugadores que hay tramos del partido que  hay que defender y mantener el bloque más junto. Hasta que eso no ocurra, si no se conciencian en ese compromiso, no competirán. Y para eso, Xabi, es fundamental con sus constantes consignas tácticas sobre el terreno de juego y su perfil compensador.

La Juventus también llega con dudas. Un equipo llegador con un centro del campo Pirlo-Pogba-Vidal con el complemento perfecto que supone Marchisio, tiene razones para creer. Tevez es un peligro constante y Llorente una alternativa de garantías. Pero los de La Vecchia Signora también andan en entredicho por un aminoro palpable en la intensidad respecto a la temporada pasada. Esa intensidad que les caracterizaba a menguado lo suficiente para que les esté contando sacar los partidos. Es un poco en eso similar al Madrid. El partido de hoy supone para los dos una oportunidad de reencontrarse a sí mismos. Tendrán muchas más posibilidades de hacerlo si Pirlo y Alonso, auténticos lideres y referentes, reaparecen. Sus técnicas siguen estando vigentes pero por cuestiones físicas, y en año de mundial, ambos están por reivindicarse. Alonso por la vuelta de la lesión y Pirlo por un bajón físico evidente en los últimos meses. Seguramente la mejor versión de ellos ya pasó, pero una gran actuación de 90 minutos, o los que aguanten, sería la mejor noticia para sus equipos. 

De alguna manera hoy se juntan en el partido muchos nombres propios que han enriquecido y cambiado la historia de este deporte. Y alguno lo hará en el futuro para no perder la sucesión que se viene dando. Y sino al tiempo. También vuelve Zidane haciéndose un hueco en los banquillos a la que fue su casa antes de recalar en Chamartín, y vuelve como segundo del entrenador que le asentó por aquella época. ¿Adivinan quien fue? Destino caprichoso...






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