jueves, 5 de septiembre de 2013

MARCELO; CASO ABIERTO









Marcelo es un jugador que suele acaparar mucho protagonismo, a veces demasiado. El de los elogios cuando está pletórico, o las criticas cuando no tanto. Porque lo del lateral roza la locura. El carioca consigue el veredicto positivo cuando realmente tiene el día. Cuando no, él mismo es el que abandona en su juego y deja paso a otros. Pues ese juego vertiginoso y extremadamente atacante requiere de tal inspiración que es imposible demandarle regularidad. Funciona a ráfagas. Aquí no hay medias tintas, o amas su juego o te desespera, así es Marcelo. 
Es como el genio que no deja indiferente a nadie.



El brasileño es un sinsentido. Porque en defensa, cogerle la espalda no es tarea difícil y cada actuación suya deja una jugada al despiste. Sus acciones defensivas suelen atentar contra el sentido común. En los balones divididos y segundas jugadas tiene un deje más propio de delantero que de defensa. En esas jugadas, esas que el esférico queda en tierra de nadie, Marcelo los disputa como un delantero; a la espera, como ya orientando sus miras hacia la portería rival, en vez de apresurarse a cerrar, provocando en algunas ocasiones consecuencias desastrosas para su equipo. Porque hay que decirlo; en esas jugadas el Carioca es casi calamitoso. Propicia descalabros más propios de un jugador atacante que de un defensor. Ahí surgen sus vergüenzas más evidentes, es el riesgo que corres con él. Porque pretender que después de esas geniales e insistentes acometidas en ataque, tenga el equilibrio para salvaguardar la retaguardia, es como confiar las llaves del casino a un ludópata; es un caso perdido. 

Pero eso a Scolari y Ancelotti no parece importarles demasiado y parecen decididos a usarlo sin pudor con todas sus consecuencias, como seguros de la sentencia a favor que les puede otorgar el lateral en sus acometidas. La cosa esta clara; necesitan que Marcelo se vuelva loco en ataque y cree constante superioridad en sus envestidas. En estas, el madridista es un genio con la pelota eliminando adversarios y asociándose con los compañeros. En esa faceta es un virtuoso sin explicación racional. Le puede el "disfrutar". Porque él goza como un niño haciendo travesuras. Se libera como la campana del recreo libera a los chiquillos y llega hasta donde le place en sus trastadas, como un niño que no diferencia lo que está bien y lo que está mal. Su desparpajo solo es comparable a eso. De sangre caliente e impulsivo, cuando aparece con sus desequilibrios es de una efervescencia letal.  Tener a Marcelo iluminado es como ir a un juicio con la tranquilidad de tener el caso ganado, de igual forma que sin ese estado de gracia, te lleva al fiasco. Es cierto que solo así se puede comprender como a un lateral -no olvidemos que su principal comedido es defender-, se le permitan tantas concesiones en sus equipos.


En el Real Madrid esta temporada parece que la plaza de lateral izquierdo vuelve a ponerse a tiro para el brasileño. Veremos como encaja en el sistema con la llegada de Ancelotti. En el P.S.G los laterales se prodigaban bastante en ataque, no tanto Jallet el lateral derecho, con mas orden táctico. Pero si lo hacia Maxwell, técnicamente bueno, casi extremo por momentos, que sufre en defensa ya que es bastante blando. Tiene esos puntos en común con Marcelo. Si sabe aprovecharlo el entrenador italiano tanto como al lateral zurdo del equipo francés, volverá el Marcelo mas desequilibrante. Si no teniendo en cuenta que esos desajustes defensivos no son nada del agrado de Carlo, volverá a las andadas de la temporada pasada. ¿Qué entrenador quiere que el extremo derecho contrario campe a sus anchas sin nadie que le defienda?. Pero es que Marcelo es ese tipo único al que hay que aceptarle sus indolencias por genialidades, hecho solo para el deleite de los espectadores, los amantes del juego vertiginoso sin especulaciones. 





Rubén Martínez.

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