jueves, 22 de agosto de 2013

EL BARCELONA VUELVE A LA REALIDAD






El Barcelona venía crecido, su puesta de largo había sido contundente, siete goles lo refrendaban en su debut liguero. Con la sensación de haber recuperado automatismos perdidos; la alta presión y recuperación en campo contrario. La exhibición de altos vuelos en su primer partido hacían augurar para el BarÇa éxito en su primer título del año. Pero el Atlético no es es el Levante, ni sobretodo el Calderón es el Camp Nou, allí la historia será otra. Porque ayer el campo era una fiesta. Se viven últimamente tiempos de goce y éxitos en el manzanares, la afición contagiada en su feudo por la euforia y la ilusión que les caracteriza, hace jugar con doce a su equipo. Un contagio que es reciproco. Simeone además, sabedor de las limitaciones, sabe potenciar astutamente sus armas y extramotivar en citas importantes. Luego hay que sumar al campo seco un planteamiento práctico; sumamente efectivo. Los colchoneros fieles a su estilo, ejecutaron de modo milimétrico su premisa durante la hora inicial, sin prácticamente un solo fallo. Compacto y punzante, fue una roca desde el primer defensa hasta el ultimo punta, y le salió una primera parte para enmarcar; el guión de "el Cholo" se impuso. Colocó a Diego Costa de extremo diestro y dio a Mario Suárez la responsabilidad de compensar la maniobra que busca el argentino para anular a los blaugrana: cerrar cualquier pase y forzar a un juego en superioridad –Filipe, Arda, Koke contra Alves y Alexis, y Juanfran, Costa y Gabi contra Alba y Pedro-. Mario de escoba y Godín y Miranda corrigiendo zonas vacías con su facilidad y zancada para el quite. Un puzzle monumental. 


Los blaugrana, volvieron a estar aburridos sobre el terreno de juego. Le faltó la agresividad y chispa necesaria para agitar los poquísimos huecos interiores y la circulación volvió a dibujar esa "U" constante sobre el verde: el balón llega al extremo,  para volver a los interiores al no haber opción de pase, se vuelca al otro lado y se resetea la jugada. ¿Resultado? Juego horizontal y redundante con múltiples pérdidas de balón que, si bien es cierto que no se tradujeron en ocasiones claras la mayoría, algunas sí lo fueron. El contragolpe le salió a los colchoneros fluido, el único pero; conducciones excesivas en bastantes ocasiones que acabaron en pérdidas. Pero cuando salió de esa telaraña tan bien trenzada que montaron hicieron sufrir al BarÇa, y no tardaron en llegar las ocasiones.  Porque su facilidad para interpretar espacios y tiempos volvió a quedar manifiesta. Eso si, fueron pocas, ya se sabe que cuando te tapas muy abajo con la manta descubres la cabeza. 


Pero cuando la cabeza es Diego Costa; capaz de él solito obrar milagros en forma de disputas, peleas y carreras, la historia es otra. Y es que el Brasileño en los limites de todo  se maneja de fabula. Ayer siguió demostrando que es un portento, puro Miura en lidias. Aguanta los balones largos que le confían sus compañeros para ganar unos metros y desactivar la presión Culé, tira de equipo por bandas en las duras disputas -batalla reñida y chispenate con Jordi Alba-, propició con su trabajo de crear espacios, que las pocas ocasiones fueran suficientes para el Guaje, que en una, con un gesto precioso de volea con el empeine completo exterior, firmara el broche final de una jugada brillante, con una definición que encierra la rabia contenida, como el que la guarda con tiempo. Se dice que le pegó con el alma, yo diría con el alma herida. Lo demostró en su celebración.


 El Barcelona, en cambio, se pareció demasiado a todo lo que el Tata Martino pretende cambiar. "El Cholo" sabedor de lo pronto que es para los resultados, no dejó al rival ahondar en ese fútbol. Tapó bien las acometidas en las que insistía el Tata por bandas en anteriores partidos con éxito, le obligó a jugar por dentro, donde Xavi no encontraba el camino para penetrar en esas dos lineas de cuatro tan bien marcadas, incluso una segunda de cinco por momentos. Así la posesión del Barcelona se tornó lenta y esteril, sin ideas. El libreto de Martino resultó fallido en su primera prueba de fuego. Fabregas fue la nota positiva junto a Alexis, no solo de este partido, la verticalidad y facilidad de los dos para hacer profundo y fluido al equipo se antoja imprescindible en los últimos lances. El de Arenys, armando jugadas con sentido, está demostrando que este año esta decidido a hacerse un hueco por fin. Alexis sigue siendo incansable tirando desmarques,  inspirado e imponente como nunca en Barcelona. No deslumbró Neymar, tocó hacia atrás como ordena el libro de estilo y más cuando arriesgar no es recomendable, sobretodo en sus primeros pasos. Abandonando esa osadía que le caracteriza, esas ganas de demostrar al mundo de lo que es capaz, cedió paso a la practicidad. Seguramente instruido por su entrenador debido a su baja forma evidente. Tendremos que esperar los amantes de su juego a que esté con el tanque lleno de gasolina.

Todo cambió a raíz del empate, que vino de otra demostración del guante como bota que posee Dani Alves; que vio a su amigo recién llegado donde era mas difícil vislumbrarlo, como si le intuyera. Desde allí Neymar marcó muy bien los tiempos del pase aguardando el momento justo para atacar el balón. Cabeceó donde debía; al cesped abajo, lo justo y necesario para encontrar ese rinconcito que tan habitualmente encuentra el Brasileño en portería, -con ayuda de Juanfran- cambió el ánimo del entorno y con él el partido. A partir de ahí el Barcelona impuso su juego con la calma y circulación necesaria, ayudado también por un Atlético que ya flojeaba de piernas, sobretodo Diego Costa y Arda Turan que hicieron un esfuerzo sobrehumano para sostener al equipo junto atrás, y a la vez largo arriba. Poco más sucedió hasta el final, como si el respeto y el cansancio les hiciera firmar una tregua temporal hasta la nueva y apasionante vista de estos dos equipazos, que nos aseguran espectáculo y rivalidad apasionante siempre que se ven las caras.






Rubén Martínez.

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