sábado, 3 de agosto de 2013

CESC DE ALTOS VUELOS


Tras la exhibición de Cesc ayer en el Gamper, me vine a la cabeza cuando él era aún alevín y jugaba en Mataró , por la facilidad de llegar y hacer gol e imponerse fácilmente sobre los demás, con esa libertad que disfrutaba. Eran los primeros pasos de un jugador diferente. Año 1997; lo atestiguó Rodolfo Borrell, actual entrenador del Reservas del Liverpool, que por aquel entonces dirigía al Alevín A del Barcelona y se disponía a espiar jugadores de equipos rivales y que quedó prendado de un jugador que jugaba adelantado a su tiempo, era un año más pequeño que el resto. "Tenía una gran visión de juego, dominio de pase tanto a corta, media como larga distancia, libertad por el campo y a la vez era competitivo”. No necesitó verle muchas veces para acometer su fichaje, cosa que suele ser habitual en los Cracks. No fue fácil, el señor Blai -presidente del Club Esportiu Mataró por aquel entonces- le explicó a Borrell que le tenían escondido. “Había ordenado al entrenador que si me veían entrar al campo, en ese momento lo sustituyeran. Él ya tenía claro que si yo lo veía se lo iba a quitar antes de empezar la temporada. En aquel año, no sé si la normativa sigue vigente, si un chico juega cinco partidos oficiales ya no puede cambiar de equipo. Yo lo vi antes de el quinto partido, pero nos pidieron por favor que les dejáramos al jugador hasta el final de temporada. Así a lo mejor salvaban la categoría” aseveraba Rodolfo. Barça y Mataró acordaron que lo mejor para las partes era que siguiera una temporada más en Mataró, pero Cesc se entrenaría todos los miércoles con el Alevín A del Barcelona. “Nos venía bien que siendo Alevín B jugara en el A. El siguiente verano, el del 98, ya se incorporó al Alevín A".



Así fue como entró en la casa donde años más tarde ansiaría volver. Llegó en 2010 como el anhelado hijo prodigo después de 4 largos años de tira y afloja.  Su manifiesto deseo de triunfar en Barcelona se ha visto en parte truncado; aún no ha tenido la continuidad que se espera de él, no ha encontrado su sitio aún en el club de sus amores, eso es un hecho. Tras dos campañas de cal y arena en su rendimiento, con altísimos picos de fútbol, eso si, Cesc inicia una campaña clave en su carrera; la primera cuyo desenlace estará íntimamente ligada a concluir definitivamente su sueño de triunfar en can Barça. Se marchó a Londres hace ya casi 10 años, llevando el 4 de La Masía a la espalda -casi una advertencia de quién era- con tan solo 17 años. Consolidado en el viejo Highbury dando pases, triunfó. Entonces, un día cualquiera, Luis Aragonés decidió para él un nuevo camino: el de enganche. Una transformación que le haría desequilibrar finales de Mundiales y Eurocopas y que le había convertido en un futbolista determinante. Muchos aplaudimos la metamorfosis, acierto que más tarde catapultaría Guardiola, refrendándolo en su primera temporada de blaugrana. 


El Barça de Tito pareció haber encontrado al principio de esta pasada campaña la continuación de quella premisa, aquella que inició Luís y culminó Guardiola; impulsor final de ese rol, añadiendo la consumación que le faltaba: el gol. Vilanova reafirmó esos ajustes y cambios de posiciones destinados a defender bien, lo que para el BarÇa significa atacar teniendo constantemente el balón lo más lejos de su portería posible. Mucho peso en banda izquierda con Andrés como líder del juego, en su pico de creación; Busquets, y el dúo Xavi y Messi intercambiando posiciones por el flanco centro-derecha. Cesc; Limitado a correr para abrir huecos y profundidad, sobretodo a Iniesta, su peso en la elaboración era casi marginal, lo que en parte le liberó de participar en esas labores, donde Xavi e Iniesta evidentemente le superan. Así, el Barcelona ilusionó durante unos meses, hasta que nos enteramos de que a ese libreto le faltaban cosas. Concretamente, profundidad. El "pressing" de los grandes rivales ahogaba a Cesc y obligaba a Iniesta a bajar para ayudar en la salida del balón, lo que nos dejaba un equipo corto y sin piernas, que se aglutinaba demasiado por la presión estudiada de los rivales. Duró poco. Aquel modelo de Tito que a mi me gustaba particularmente por la profundidad que le daba Cesc en su rol, fue enterrado lamentablemente por las circunstancias. El de Arenys de Mar gozó eso si, como en su anterior y primera temporada en Barcelona de picos altísimos de fútbol. Los partidos que jugó con más libertad, como los que actuó de falso "9", se destapó como un futbolista total que además de llegada, demostró que definiendo es mejor que la mayoría de nueves. Su inteligencia para el desmarque, su profundidad para buscar portería contraria y su facilidad para encontrarla, sumada a su visión de juego y una definición milimétrica, resultaron determinantes. Pero se quedó ahí porque solo eran circunstanciales, pues todo el mundo sabe que esa posición tiene dueño ya, así que su ausencia para dejar paso a Messi resultó anecdótica.




La secretaría técnica del club confirma que esta temporada no afrontará el fichaje de ningún "9" puro, estructurando por primera vez su plantilla sin la presencia de un delantero centro. Una decisión que deja una lectura clara; confianza para Alexis Sánchez. El chileno es el futbolista azulgrana más capaz de ejercer como delantero. No el único, -de Cesc ya hemos comentado antes su acoplamiento- lo que ocurre es que, en el caso de que Messi se desplace ligeramente a la derecha, tanto Leo como Neymar van a reclamar un ariete de referencia que estire y sea profundo e incisivo. No querrán que un tercer hombre invada su espacio. Con las dos "superestrellas" si hay un punta el más indicado es Alexis. Y si Messi es pieza central del ataque; Cesc como extremo no lo veo, tiene movimientos interiores, no casaría bien, se le cerrarían las puertas. Gente que pisa la cal con garantías ya tiene; Tello, Pedro o el propio Alexis. Resumiendo: Cesc es falso 9 sin Messi, si no, la otra opción sería menos provechosa para las virtudes que posee Fábregas cerca del área. Su sitio entonces para mi sería el que lleva años negando y que no es más que su verdadero reto, que un poco la marcha de Thiago le allana el terreno y exime de una condena al banquillo: Cesc interior. Eterno reto de Fabregas, la única que puede depararle estabilidad en el Camp Nou. Xavi competirá en la 13-14 con 34 años y ya espera relevo. Por contra Cesc hace mucho que dejó atrás cualquier atisbo de generar juego. El ejemplo del pasado mes de enero es claro y contundente. El Barça de los centrocampistas empleaba hasta cuatro jugadores en la elaboración y ninguno de ellos era él, que tenía una relevancia escasísima a la hora de crear. Y cuando intervenía en el dispositivo de juego, la maquinaria se ralentizaba. Sus gestos se volvieron lentos para elaborar y sus comportamientos son cada vez más de media punta. 


¿Cesc cambió para siempre? Esta es la pregunta. Hacer volver al Fábregas primerízo requiere una implicación y trabajo total del entrenador, pues el asunto traspasa barreras y se adentra en lo social. Cesc ha sido pitado en el Estadio y su figura sufre cierto desgaste. El proceso, de ser, será durísimo. Asentarse como auténtico centrocampista es su gran reto desde hace tiempo. La solución para mi; Iniesta hacer de Xavi en el interior derecho. Ayudaría más a Cesc a la incorporación desde el interior izquierdo. Pasaría a ser parte pensadora del centro del campo y le permitiría su llegada en cierta medida al área rival, su movilidad es acorde con esa posición que requiere presión, creación y bajar a tapar. Hay muchas opiniones en torno a la medida de Iniesta haciendo de Xavi; no desconoce la fórmula, se crió ejecutándola y ocasionalmente ha sabido aplicarla con éxito, como ante el Mallorca en 2011, con buenos resultados. Iniesta es el único de la plantilla y diría del fútbol mundial que puede orientar ataques y decidir, garantizar la no pérdida ante presiones altas del contrario, rotar y dirigir el timón. Dicho esto, no se puede obviar que el mejor repertorio del manchego está en la aceleración e incidencia en el ataque partiendo desde la banda izquierda; como extremo. Desde el interior derecho su verticalidad se desperdicia. Y Xavi Hernández es insustituible ya lo dijo su mentor; Pep Guardiola.













Rubén Martínez.

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