viernes, 19 de julio de 2013

PAN Y FÚTBOL





La fórmula "pan y circo" tuvo un digno heredero en "pan  y toros", que en estos últimos tiempos antes de la revolución tecnológica derivó en el; "pan y tele", quizá  definitivo en aplacar al gentío desde el control y manipulación del sometimiento. Hoy en día la mayor herramienta para el amansamiento social de este país es el Fútbol. Podríamos decir que "pan y fútbol" constituye el mecanismo más útil y eficaz hacia el mitigo social porque desvía la agresividad colectiva hacia cauces no políticos y sirve como válvula de escape a las frustraciones del hombre. Y es que el fútbol despierta nuestras más fervientes pasiones siendo el mayor de los alborotos colectivos por la necesidad de sentirnos parte de una comunidad. El hombre desde el paleolítico, quizá por la necesidad de desarrollar una caza más fructífera, formaba grupos, creando ese gen competitivo que aún sigue vigente hoy día.  Los grupos surgieron por esa necesidad de sentirnos parte de una comunidad, pertenecer a un colectivo con un fin común. 



Hoy por hoy esa herramienta de mitigo social supone un arma de doble filo por el enfrentamiento continuo que somete la competición y que algunos no saben donde acaba.  En su papel de limpieza de la pre-normal conciencia social de un país de conflictos históricos, ha fracasado y solo ha conseguido efectos completamente distintos a los propósitos.  Sobretodo en un estado donde yace una irritabilidad historica-política entre Barcelona y Madrid desde mucho tiempo atrás. Existe un excitación tal entre estos que llega al odio, solo tenemos que ver los últimos enfrentamientos entre Barça y Madrid. Tristemente casi nos remontaba a las desgracias históricas entre Cataluña y España, desde el siglo XVII en perpetua guerra civil entre ellos , ya sea armada o metafórica. Mientras España tiene la sensación de que Cataluña quiere separarse del estado, los Catalanes se consideran oprimidos e incomprendidos por el resto de España. 



Y digo yo; ¿Que tiene todo esto que ver con el  fútbol?, ¿Porqué la gente mezcla las churras con las meninas en un vehículo cuyo mayor propósito es el de unir y no separar?. Más allá del disfrute del espectáculo no debería haber ninguna animosidad.  Ni el vencedor es más que el perdedor, ni quien ha perdido debe guardar rencor. Y mucho menos eso debería tomarse jamás con tintes políticos. Porque los primeros en lucir colores, o el palmito en los palcos por interés propio son los propios políticos, creando un caldo de cultivo erróneo y perjudicial para la sociedad. Cada vez más avocada como el fútbol al la herramienta o negocio del espectáculo. El fútbol está cada vez más inducido por la industria a un negocio demandante de contratos televisivos. Un régimen remodelado según los cánones de poderosos centros financieros y mediáticos que exprimen el calendario como un limón. El juego ya no depende tanto del talento mágico de los jugadores, ni de los instantes memorables que nos dejan, sino de los grilletes del gobierno de las corporaciones o los jeques de los pretrodolares empeñados en condicionar este deporte. Se ha trasladado al fútbol la tendencia teatral en el que el director sea más importante que el comediógrafo o el dramaturgo. Los jugadores ya no son los clérigos que disponen, como tampoco los feligreses son los dueños del templo. Lo llenan, eso sí, pero el poder condicionante del dinero pasa por las exclusivas de televisión y la publicidad.




Manuel Vázquez Montalbán dijo no hace muchos años; "Dentro de unos años este espectáculo perderá todo contacto con el purista y estará en manos de las televisiones y de los fabricantes de tangas y no de tangos". Ese día parece que a llegado y podemos ver como  empiezan a destrozar este maravilloso deporte. El fútbol es de los futbolistas y de los aficionados. Nadie nos podrá privar de este placer con pretextos de prioridades sociales a los que disfrutamos de él, desde la tranquilidad y la mera estética, o desde el sentimiento que evoca de unión. Provoca la felicidad y la euforia, ver un país unido,  sentir unos colores o pasar en cuestión de segundos  de felicidad extrema al llanto desconsolado. El fútbol te sacude y te hace sentir vivo. ¿Que otro de los placeres provoca eso? El fútbol une al mundo y el mundo se para por un partido. Paulo Cohelo dijo una vez; “He visto gente hablando durante cinco horas de un partido de fútbol. Pero, nunca vi gente hablando durante cinco horas de una relación sexual. Eso quiere decir que la emoción del fútbol dura más tiempo... No digo que sea mejor, sólo que dura más…” .   Por favor, a los políticos, los crispados y los negociantes; ¡déjennos disfrutar de nuestra ración de pan y fútbol!




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