domingo, 21 de julio de 2013

LUKA MÁS DIEZ







La selección Croata en 2008 es recordada por muchos por el gran papel que representó. La vehemencia de Slaven Bilić, el recorrido de un por entonces extremo Darijo Srna y el último campeonato de los Kovac dieron que hablar, pero el verdadero motivo de mi inclinación hacia aquel conjunto fue la aparición de un centrocampista que recordaba a Johan Cruyff en el semblante, la melena y el 14 a la espalda; Luka Modric. Los rasgos de madurez y atrevimiento eran ajenos a un jugador tan joven. Apodado desde entonces como el "Cruyff de los Valcanes", su técnica y talento creativo  deslumbró en Austria y Suiza llevando a Croacia a cuartos de final. Cayeron ante el milagro turco, pero su gran actuación le llevó a llamar mi atención por ser el protagonista de aquel verano y ocupar un rincón en esa colección de futbolistas predilectos que uno tiene en su imaginario.


Recaló en una liga potente con el Tottenham, y se consagró y se convirtió en un excelente controlador de la sala de máquinas, aprendió a sacrificarse y entendió como cambiar el ritmo a los partidos. En la posición de mediocentro recuperaba muchos balones sin ser tácticamente un fenómeno y hacía jugar con una solvencia y una clase impropias en un jugador tan joven. Pero en la liga inglesa todo eso es más fácil porque no hay tanta presión en la salida. Pero ahí radicaba su problema; su fútbol es arriesgado por naturaleza -caracteristica positiva- , pero jugando en esa posición es un riesgo continuo en nuestra liga y te puede costar el partido si el rival estudia esa condición. Así que hubo que adaptarse y buscar una solución. La solución estaba clara; Luka aprovecharía mucho mejor sus condiciones, -visión de juego, conducción,  disparo, asociación y pase- cerca del área en la creación. Desde el interior o mediapunta donde esté expuesto a desarrollar lo que le distingue; la pausa, el control, el 1x1, sus giros sobre sí mismo. Ahí se ha destapado, marca la diferencia. No hay ningún jugador que represente la elaboración, la conducción y la visión de pase  con la velocidad que lo hace él. Esta temporada en Madrid fue el "tapado" y en el último tramo de la temporada se ha desatado como el futbolista que se erige como referencia del equipo y demanda el protagonismo a porrazos. Acabó la temporada siendo ese jugador que imparte clases de fútbol control, ese que merece todo el crédito. Pero en el reparto de roles, aún no le tocó ser jefe. Solo le falta un empujoncito para serlo y asentarse en un equipo donde poder sacar a relucir esas cualidades definitivamente.


Ese empujoncito parece que llegará por inercia de la mano de Carlo.  Si  opta por darle esa jerarquía, que parece que sí lo hará, Luka podrá volar, pues a mi parecer esta sobradamente preparado para hacerlo y su nuevo entrenador decidido. Ancelotti es el entrenador que más empeño a puesto en tenerlo en temporadas atrás y es el admirador más acérrimo de su fútbol. Así que no exagero si digo que será una de las piedras angulares de este Madrid. Podría marcar una época y un estilo. Está llamado a eso. A ser la irrupción inesperada de la nueva etapa.


Desde que acaba una temporada para el Real Madrid, incluso mucho antes de que eso ocurra, ya se desata una ilusión en forma de fichajes que vendrán y posibles variantes en el once respecto a la anterior temporada. Es una constante del verano, que a falta de fútbol la gente se las ingenia para seguir debatiendo y haciendo de entrenadores como resistiéndose al parón, como necesidad de no cesar en esa válvula de escape que supone el fútbol. De todos los numerosos onces que se vienen barajando, ya sea por medios de comunicación o de aficionados, en ninguno de ellos incluyen a Luka Modric. Pero en cuanto comience a rodar la pelota y Luka a hacer travesuras con ella todos cambiarán como veletas en ventisca su once de gala.


                                   
             
                                   




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