lunes, 8 de julio de 2013

MEDIAS TINTAS


La nueva rojita cayó. Por la ausencia de un equipo compacto que supere las dificultades que siempre aparecen en algún momento u otro en estos torneos, -pues esta selección no tiene el empaque como equipo para superar dichos obstáculos, es el; "saber sufrir"- o por la falta de la determinación necesaria de dos elementos tan autónomos; Jesé Rodríguez y Gerard Deulofeu, de los que depende en demasía esta sub-20. El canario dio atisbo de lo que viene haciendo durante el torneo y su gran temporada en segunda división, pero se fue diluyendo cual azucarillo, Gerard directamente no apareció. Luego sin calidad en el puesto de 9, -ese fue otro de los motivos de la caída-  probando con uno falso, adoleció de lo mismo que la absoluta; sin alternativa de referencia arriba, esa que no solo fije a los centrales sino que también ayude en la salida y presión, creando ventajas para los compañeros.


El caso es que España comenzó bien, sin brillar en exceso, controló el partido en la primera parte, sobretodo los primeros minutos, ofreciendo un juego vistoso. Suso inició de falso ariete, con la intención de dar la fluidez al juego como contra Mexico y asi insuflar la circulación que el jugador gaditano otorga en la medular. Pues Lopetegui esperaba una Uruguay  tácticamente soberbia, ordenada e intensa en su propio campo, que había estudiado muy bien al rival, como así fue. Pasado el cuarto de hora Uruguay comenzó a ocupar campo rival presionando arriba, dificultando el sistema español como pasara con la absoluta en cuartos de final y semifinal de la ConfeCup. Pero las conducciones de Laxalt y Nico López llevaban más trabajo que peligro. Eso no le vino mal a España que para contrarrestar , y Lopetegui, vio la posibilidad de ahondar en las internadas que consiguió por bandas para encontrar el área rival. Ahí mató dos pájaros de un tiro situando a Suso de falso extremo zurdo. El andaluz daba opción de pase a Óliver para la salida, y cedía el extremo a Manquillo y el área para Jesé. Todo bien pensado y ejecutado. Las cosas iban bien y hasta el descanso España tuvo el peso del partido. Pero no creaba el suficiente peligro para llegar a situaciones claras de gol, y cuando lo hizo en varias ocasiones Jesé, no afinó.



En la segunda parte Uruguay siguió muy solido en tareas defensivas, siendo compacto para contener las acometidas que se suelen materializar con Jesse y Deulofeu. Giménez y Varela hicieron ese trabajo bien, haciéndoles desaparecer del partido y con ellos al equipo entero en ataque. El equipo Uruguayo retrasó las líneas con mayor descaro y cedieron el cuero a su rival por la imposibilidad prácticamente de arrebatárselo, y destinaron todas las fuerzas que les restaban en contener al rival con éxito. El país charrúa es un ejemplo del buen trabajo, desde que existe el fútbol, y con mas merito que el resto de selecciones, demuestra siempre en cada evento que sabe competir y sacar jugadores de grandes garantías teniendo en cuenta que es un país con tan solo 3,25 millones de habitantes. Casi catorce veces menor en habitantes que España, por ejemplo. Su secreto es una cultura balompédica encomiable. Allí, tan pronto como los niños comienzan a andar, dan sus primeros pasitos en este deporte. Un porcentaje altísimo lo practica en "futbitos" organizados y financiados por los propios padres, donde el cuidado de la formación y el fervor que levanta este deporte, hacen que nunca dejen de salir perlas y equipos competitivos , desde categorías inferiores, a pesar de su menuda población.


Los Charrúas resistieron firmes todo el partido y llegaron a la prórroga, donde un cabezazo del gigante Avenatti, en una jugada mal defendida, apeó a una España, que ha acabado un Mundial de medias tintas. Solo consiguiendo tenues momentos de control y firmeza colectiva, pero sin la continuidad propia de equipos compactos y equilibrados.







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